Un cardiólogo es un médico especialista en medicina interna y con subespecialidad en cardiología, que se enfoca en diagnosticar y tratar enfermedades como: hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, alteraciones del colesterol y disautonomía. Además realiza una valoración integral del riesgo cardiovascular.

Un electrofisiólogo es un cardiólogo que se ha especializado en el manejo de arritmias cardíacas y en el implante de dispositivos cardíacos, como marcapasos, resincronizadores o desfibriladores.

La mayoría pensamos que el ritmo cardíaco es como un reloj, el cual permanece constante a lo largo de nuestra vida. No obstante, en ocasiones ese ritmo se ve alterado por irregularidades; a estas irregularidades en el ritmo, se les denomina arritmias.

No. La mayoría de las arritmias cardíacas son benignas, es decir: no van a producir daño, ni tampoco van a aumentar el riesgo de muerte o infartos. No obstante, existen algunas arritmias que sí pueden llevar incluso a la muerte, por lo cual es importante consultar con un experto en cardiología ó electrofisiología.

No necesariamente. Existen varias causas de corazón lento (lo que médicamente se llama bradicardia), y no todas implican enfermedad. Por ejemplo, en deportistas la bradicardia es un hallazgo común y representa un grado significativo de acondicionamiento físico. No obstante, algunas bradicardias pueden poner en riesgo la salud y necesitar el uso de marcapasos, por lo cual es importante consultar con un experto en cardiología ó electrofisiología.

Un marcapasos es un dispositivo que se implanta en aquellas personas que tienen un ritmo cardíaco lento (denominado bradicardia), con el fin de aumentar la frecuencia a la cual trabaja el corazón.

Un desfibrilador es un dispositivo que se implanta en aquellas personas que, por enfermedades del corazón, tienen un alto riesgo de sufrir una muerte súbita. Su función principal es de dar descargas eléctricas para revivir a la persona.

Un resincronizador es un tipo especial de marcapasos, que se utiliza para darle fuerza a los pacientes que tienen falla cardíaca, enfermedad que se caracteriza por una disminución en la fuerza del corazón. Aunque no todas las personas con falla cardíaca son candidatas a manejo con resincronizador, en aquellos que sí lo son el uso de resincronizadores tiene un impacto significativo en la calidad de vida y en la sobrevida, por lo cual es importante consultar con un experto en electrofisiología.

Los desmayos (llamados síncopes) son una pérdida de la consciencia que produce una pérdida de la fuerza muscular, llevando a que la persona caiga inconsciente al piso. Aunque no todos los síncopes son malignos (y de hechos son comunes durante la adolescencia) pueden ser indicativos de una enfermedad cardíaca subyacente, por lo cual es importante consultar con un experto en cardiología o electrofisiología.

Las palpitaciones generalmente se dan en pacientes que tienen arritmias que aumentan la frecuencia cardíaca (se llaman taquicardias). Aunque la mayoría de las arritmias son benignas, la presencia de palpitaciones que se acompañen de mareos, síncopes, dolor en el pecho o sensación de ahogo son marcadoras de alto riesgo. En el caso de palpitaciones, se recomienda consultar con un experto en cardiología o electrofisiología.

Existen diferentes estrategias, farmacológicas y no farmacológicas para controlar la disautonomía. Dependerá de cada paciente, la presentación de sus síntomas, actividades diarias y respuesta o no tratamientos previos, la estrategia que escogeremos para tratarlos buscando individualizar y ajustarnos a las condiciones propias. Así mismo la disautonomía requiere un enfoque holístico para identificar desencadenantes y asociaciones que son fundamentales a la hora de mejorar los síntomas. Estas son algunas recomendaciones generales que serán de utilidad: - Consumir abundante líquido (agua y/o bebidas no azucaradas) durante el día para un total 2.5 Lt al día (8-10 vasos). Evita los energizantes. - Aumentar el consumo de sal en las comidas. - Evitar comidas abundantes, preferir comidas frecuentes en pequeñas cantidades y evitar alimentos dulces. - Café o té: si eres consumidor crónico puedes seguirlo consumiendo, trata de acompañarlo con un vaso agua posteriormente para mejorar la hidratación. En caso de que no estés habituado a tomar café o té puedes iniciarlo pero de forma paulatina, en pequeñas cantidades y acompañado de adecuada hidratación. - Evitar acostarte durante el día a pesar de sentirte fatigado. Reposa en una silla con los pies elevado y trata de volver a tus actividades de forma gradual. - Realizar ejercicio cardiovascular, inicia de forma lenta y progresiva con 10 minutos diarios de ejercicio y aumente de a 5 minutos cada semana hasta alcanzar 40 minutos. Realiza ejercicio al menos 4 veces por semana. - Tratar de dormir mínimo 6 horas, idealmente 8 horas. - Utilizar medias de compresión, éstas mejoran el retorno venoso ayudando a mantener la presión arterial. - Algunos pacientes van a requerir medicamentos que serán prescritos por el cardiólogo.

Dependerá de cada caso. Es fundamental evaluar cada paciente para definir sus antecedentes familiares, hábitos de vida, enfermedades coexistentes, examen físico, entre otros. De acuerdo a estos hallazgos se definirá la necesidad de estudios adicionales de sangre y/o imágenes para definir exactamente el riesgo cardiovascular y el tratamiento a seguir. En todos los casos es importante recordar algunas recomendaciones generales: - Adecuado control de peso. - Suspender el tabaquismo, vapeo, consumo de sustancias psicoactivas. - Practicar actividad física aeróbica 5 veces en la semana, mínimo 45 minutos. Idealmente, complementarlo con actividad física de fuerza 2 veces por semana - Elegir alimentos asados, cocinados, horneados o a la parrilla, en lugar de fritos. - Utilice como reemplazo de la fritadora de aceite, la fritadora de aire (“air fryer”). - Consumir pescados de mar como el salmón, la sardina, el atún, el arenque y las anchoas por su alto contenido de ácidos grasos omega 3, 2 veces por semana. - Consumir pollo sin piel y carnes sin grasa. - Preparar los alimentos con baja cantidad de aceite vegetal de canola, girasol, maíz o soya. - Utilizar el aceita de oliva sin cocción para las ensaladas. - Incluir en el mercado nueces y semillas (girasol), para consumir entre comidas o con las ensaladas. - Incrementar el consumo de alimentos con buena fuente de fibra como: cereales integrales, fríjol, garbanzo, arveja seca, soya, frutas con cáscara especialmente manzana, pera y guayaba y verduras frescas como zanahoria, ahuyama y espinacas.

Los medicamentos antiagregantes y anticoagulantes son medicamentos que efectivamente favorecen que la sangre sea "más líquida", sin embargo, sus mecanismos de acción, indicaciones y contraindicaciones son diferentes. Los antiagregantes plaquetarios más comúnmente utilizados son: ácido acetilsalicílico (ASA), clopidogrel, ticagrelor y prasugrel. Los anticoagulantes más comúnmente utilizados son: apixabán, rivaroxabán, dabigatrán y warfarina.